El técnico y el dueño del Almería mostraron anoche su disconformidad con la actuación arbitral y, en particular, con el penalti -de Maras sobre Bustinza- que el colegiado pitó en el periodo de prolongación. Sus declaraciones pasarán, a buen seguro, por el escrutinio del Departamento de Integridad de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).

El entrenador señaló en rueda de prensa: «En Portugal decimos que, si no sientes, no eres hijo de buena gente. Y yo soy hijo de buena gente”; «¡¡Estoy enfadado!! ¡¡Nosotros merecemos respeto!! ¡¡Hay que merecer mucho respeto por esta gente que trabaja mucho!!”; “¡En Leganés ya nos pasó algo parecido! ¿Cómo se va a pitar una falta así, como penalti? El árbitro ha pitado bien. Ha pitado falta del jugador del Leganés, que ha ido a chocar. Este es un club de gente que está invirtiendo fenomenal, que tienen muchos aficionados que están sufriendo muchísimo. ¡¡Tengo que decir todo esto!! Esta herramienta fenomenal que es el VAR tiene que ser bien utilizada”. El artículo 100 bis del Código disciplinario establece un castigo entre “cuatro y doce encuentros de suspensión y multa en cuantía de 601 a 3.005,06 euros” cuando se efectúen declaraciones con “menos precio u utilicen un lenguaje insultante, humillante o malsonante”.

El dueño del club fue más allá y, nada más finalizar el choque, manifestó: «Un desastre total por parte de los árbitros. ¡Increíble! Perdimos ocho puntos por errores arbitrales. ¿Cuándo parará esto? En este caso, al tratarse de un directivo el castigo se limitaría -si procediese conforme a lo dispuesto en el referido precepto- a una “multa en cuantía de 601 a 3.005,06 euros”.

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