La Federación Internacional de Pádel (FIP) ha anunciado que quiere crear un nuevo circuito con el apoyo de Qatar Sports Investments (QSI) que operaría de forma paralela al World Padel Tour. El anuncio oficial, con palabras del presidente de la FIP, Luigi Carraro, y del presidente de QSI, Nasser Al-Khelaifi (también presidente del Paris Saint Germain y uno de los principales opositores al Proyecto de la Superliga), se hizo público a principios de 2022.
El principal problema se encuentra en que los jugadores del World Padel Tour (WPT) tienen contrato con la organización hasta el 31 de diciembre de 2023 y, además, el top-20 de la clasificación del WPT tiene exclusividad para disputar las pruebas de ese calendario.
En el anuncio se indica que, el nuevo circuito estaría “bajo los auspicios de la amplia comunidad deportiva internacional y de las instituciones”; “bajo el liderazgo de la FIP supondrá la profesionalización y la globalización del deporte”; y que, además “cuenta con el apoyo total de los principales jugadores del mundo”, representados por la Asociación de Jugadores Profesionales (Professional Players Association o PPA).
A diferencia del modelo actual, de carácter puramente comercial, el nuevo modelo, en clave federativa, tendría como finalidad transformar el pádel y para ello se propone crear una nueva empresa que se centraría en áreas clave como “la organización internacional del circuito; un nuevo modelo de negocio comercial (revisión de los ingresos digitales, de los medios de comunicación, y de los derechos de patrocinio); una marca global nueva y dinámica para el pádel y sus circuitos; la mejora del bienestar de los jugadores, la infraestructura deportiva y el dinero de los premios; y, en general, la revolución del éxito comercial a largo plazo y la visibilidad del deporte”.
La propuesta tiene una dimensión social -de base federativa- que podría mejorar el modelo comercial que caracteriza al WPT. El debate sobre la compatibilidad de estas competiciones y sobre la “exclusividad” que exige el WPT a sus jugadores seguramente se trasladará al ámbito del derecho de la competencia. Y, en este terreno, si el análisis se realiza conforme a las normas de la UE, es inevitable pensar en la tensión que existe (a la inversa) entre la UEFA Champions League y la propuesta de Superliga de fútbol.
